Tal y como sucede con numerosos alimentos, los cítricos llevan asociados numerosas propiedades o cualidades conocidas y otorgadas de manera popular pero… ¿cuáles de estas son ciertas?
1. “Las frutas cítricas ayudan a quemar grasa” FALSO
La frutoterapia, una corriente de opinición que defiende la idea de que las frutas tienen poder curativo, sostiene que el pomelo y la naranja “queman” la grasa y aceleran la pérdida de peso.
Ningún alimento de manera aislada sirve para curar enfermedades y tampoco tienen la capacidad de disolver la grasa, como se afirma del limón y del pomelo cuando se toman en ayunas.
Es cierto que existen algunas frutas que tiene más calorías que otras, unas son más dulces o amargas (incluso una misma fruta puede variar su sabor en función de su grado de maduración) pero ninguna hace bajar de peso, sino que, en todo caso, tendrá menos calorías que otros alimentos más energéticos.
2. “Curan los resfriados” FALSO
En nuestra sociedad está ampliamente extendida la idea de que los alimentos ricos en vitamina C, como el zumo de naranja, ayudarían a prevenir y curar costipados.
Hasta la fecha no hay evidencia que muestre que alimentos ricos en vitamina C prevengan los procesos catarrales. En este metaanálisis se reflejaron los siguientes conclusiones:
“El fracaso de los suplementos de vitamina C para reducir la incidencia de resfriados en la población normal indica que la profilaxis con mega-dosis de esta vitamina no justifica racionalmente su uso en la población general. Sin embargo, la evidencia también muestra que su uso podría justificarse en las personas expuestas a una actividad física intensa en ambientes fríos durante breves periodos de tiempo. […] Aquellos estudios en los que se utilizó la vitamina C el inicio de los resfriados como una posible terapia no mostraron ningún beneficio en dosis de hasta 4 gramos al día [de vitamina C]. No obstante, en un gran estudio en el que se utilizaron dosis terapéuticas de hasta 8 gramos, mostró resultados positivos pero controvertidos sobre esta posible utilización al inicio de los síntomas”
Consumir de 4 a 8 g de vitamina C supone una cantidad desorbitadas de cítricos. Para que te hagas una idea, la recomendación diaria de vitamina C se encuentra entre los 75 y 90 mg/día la cual se conseguiría consumiendo 1 naranja de 150 g al día. ¿Cuántas naranjas necesitaríamos para llegar a esa cantidad de 4 g? Aproximadamente 22 naranjas. Por este motivo, estos estudios se han realizado con suplementos nutricionales por lo que no se pueden extrapolar los resultados a los posibles beneficios que pudieran tener los alimentos.
De manera general,sí podemos afirmar que el consumo habitual de frutas y verduras nos aportaría una gran riqueza de vitaminas y minerales ayudándonos a mantener un adecuado sistema inmunitario.
3. “Mejora la anemia” VERDADERO
Los cítricos y los alimentos ricos en vitamina C, de forma general, son muy recomendables en el caso de poseer anemia ferropénica ya que dicha vitamina mejora la absorción del hierro contenido. Gestos como consumir el suplemento de hierro acompañado de una naranja o rociar los pescados ycarnes con limón acelerarán la recuperación.
4. “Pueden ayudar a combatir el estreñimiento” VERDADERO
Estas frutas tienen una cantidad significativa en fibra, la mayor parte de la cual se encuentra en la pulpa. Es una fibra soluble que retiene agua, favoreciendo el tránsito intestinal.
Si consumimos en zumo en lugar de fruta este efecto favorable se perderá debido a que gran parte de la pulpa de este alimento (donde se encuentra la fibra) se estará perdiendo. Además, el contenido en azúcares será superior y, por ende, también en calorías por lo que no se podrá considerar una ración de fruta. En este documento del GREP-AEDN (Grupo de Revisión y Posicionamiento de la Asociación Española de Dietistas Nutricionistas) podrás saber más sobre este tema.
5. “Ayudan a reducir el riesgo cardiovascular” VERDADERO
Los cítricos son una fuente excelente de antioxidantes, especialmente implicados en la protección de la salud del corazón y de los vasos sanguíneos ya que impiden la oxidación del colesterol LDL (comunmente conocido con LDL) evitando que se deposite en las paredes de los vasos sanguíneos, previniendo de esta manera la arteriosclerosis