El auge de los llamados batidos detox, y también de los smoothies, ha traído consigo que hayamos empezado a oír hablar de alimentos poco o nada conocidos hasta la fecha. Este es el caso del Kale, una planta de la familia de las Brassicaceae.
Quizá por estos nombres no te suenen mucho pero si os decimos que a esta misma familia pertenecen la col, el brócoli o el rábano y que kale en realidad es el nombre en inglés de col rizada o col crespa, la cosa ya cambia (cabe decir que smoothie es también la palabra en inglés del batido de toda la vida).
La importancia del kale radica en que estamos ante lo que solemos clasificar como «súper alimento» ya que posee una riqueza nutricional que lo hace interesante.
Si tomamos como referencia las tablas de composición nutricional del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA por sus siglas en inglés) y hacemos una comparativa entre el kale, el brócoli y la col blanca, éstas dos últimas habituales en nuestra dieta, podemos observar diferencias significativas: El calcio, mineral característico de esta familia, se triplica con el que podemos encontrar en el brócoli. Además, la concentración de casi todas las vitaminas y minerales es también el triple en comparación con la col blanca. Pero lo que realmente llama la atención de esta singular hortaliza es su cantidad en vitamina A, ya que de los 5 microgramos presentes en la col blanca, pasamos a 31mcg en el brócoli y ¡500mcg en el kale! Toda una inyección antioxidante.
¿Cómo puede beneficiarnos esta gran concentración nutricional?
Vayamos paso a paso:
Siempre se ha comentado que el calcio presente en alimentos vegetales es poco absorbible ya que los oxalatos que habitualmente los acompañan, lo «secuestran» y es eliminado sin que el cuerpo pueda beneficiarse. Todo y así, la cantidad de oxalatos en el kale es mucho menor que el podemos encontrar en otras hortalizas como las espinacas. Ventaja que merece la pena aprovechar si tu dieta es baja en alimentos lácteos.
Así, si una ración de kale (pongamos 200g) contiene 300mg de calcio, la parte absorbida será aproximadamente la mitad, unos 150mg, cantidad nada despreciable si contamos que un adulto sano necesita alrededor de 1 gramo al día. El calcio no solo es el mineral que contribuye a tener una buena calidad ósea y previene la aparición de osteoporosis a partir de la menopausia en mujeres y durante la vejez en los hombres. El calcio es muy necesario en deportistas y en dietas de pérdida de peso. En los primeros porque está implicado en la contracción muscular y en el segundo caso se ha observado una mejor respuesta al tratamiento si la dieta incluye suficientes cantidades de este mineral.
Otro nutriente por el que destaca es la vitamina K, una de las vitaminas más desconocidas pero no por ello menos importante.
La vitamina K está implicada en la coagulación de la sangre. De hecho se la denomina también vitamina antihemorrágica. Esto nos da una idea de la importancia sobre nuestra salud. Sobre todo si eres mujer y tienes menstruaciones abundantes. La vitamina K ejerce también una función importante sobre nuestros huesos. Todo y que se necesitan más estudios al respecto, se está sugiriendo como un preventivo frente a las fracturas óseas en la población anciana.
Incluir kale dentro de una dieta equilibrada te ayudará a aumentar el aporte de vitamina A. Como hemos comentado al principio, la vitamina A destaca entre todos los otros nutrientes ya que multiplica por 16 a la presente en brócoli y por 100 a la que hay en la col blanca llegando cubrir, incluso sobrepasando, el 100% de las necesidades diarias de esta vitamina con una ración de kale.
Las funciones de la vitamina A son extensas ya que actúa sobre el sistema ocular mejorando la visión nocturna, además, del metabolismo óseo ya que es necesario para el crecimiento y desarrollo. En la piel y mucosas reparando y manteniendo los tejidos. En el sistema inmune, con la prevención en la aparición de infecciones. Y también estamos ante una vitamina de acción antioxidante, es decir, protege nuestras células ante el ataque de los radicales libres, que pueden deteriorarlas.
Así pues, el kale es un alimento interesantísimo y cabe plantearse incorporarlo dentro de una dieta saludable. Pero no olvidemos que en la base de una alimentación saludable se encuentra el equilibrio y la variedad, tanto en alimentos como en técnicas culinarias, por lo que hay que tener presente aplicar el sentido común y no pensar que éste o aquel alimento ejerce unas funciones mágicas y son la panacea a los problemas de salud.