LA ALIMENTACIÓN EN VERANO

melons and watermwlons

Se puede decir que ya estamos en verano-verano, de día el calor es agobiante en la calle y por las noches la cosa no mejora mucho salvo que tengáis aire acondicionado. En ese caso, por favor, pensad en el efecto invernadero y encendedlo lo menos posible y a temperaturas razonables (razonable es que no tienes porque dormir tapado en agosto).

El calor suele modifica nuestros hábitos de alimentación: no nos apetecen comidas pesadas, ni platos calientes, ni ponernos delante de los fogones o encender el horno.

Mucha gente pierde el apetito en esta época y puede que se tienda a desequilibrar la dieta, especialmente en ancianos y niños.

Hay algunos factores a tener en cuenta cuando las temperaturas son altas, el principal, la hidratación.

Agua: con temperaturas elevadas, sudamos más, y esa pérdida de líquido hay que reponerla. Lo ideal es hacerlo con agua y prescindir de refrescos azucarados, zumos o bebidas alcohólicas. A lo sumo agua con un toque de limón, o infusiones heladas sin azúcar.. En el caso de aquellos que sufren más riesgo de deshidratación (niños y ancianos) es muy importante procurar que beban regularmente, aunque no tengan sed. El resto de la población no es necesario que viva con la botella de dos litros a cuestas, con beber en función de la sed será suficiente.

También nos ayudarán a mantener un buen estado de hidratación las comidas ricas en agua como los gazpachos u otras sopas frías, las frutas de verano (sandía, melón, ciruelas), los granizados y polos caseros sin azúcar, las ensaladas, etc..

Si aún no os habéis atrevido os animo a probar variaciones del gazpacho tradicional, probad a sustituir la mitad de los tomates por frutas como fresa, cereza, melón, melocotón o sandía. Os sorpenderá.

 ¿Comidas completas frías?: estamos en la época por excelencia de las ensaladas, un plato de verduras crudas es refrescante, hidratante y nos aporta fibra, vitaminas, minerales y antioxidantes. Pero no hay que descuidar otros alimentos, por ejemplo las legumbres no suelen consumirse en verano porque se las asocia a platos calientes de cuchara. En realidad pueden añadirse a cualquier ensalada y hay platos fríos de legumbres muy adecuados a esta época como es el «empedrat» (alubias blancas con bacalao, pimiento asado y cebolla en la receta tradicional, o sin bacalao en la versión vegetariana), el humus y otros patés de legumbres, la típica ensalada caribeña de frijoles negros con maíz, aguacate, cebolla roja y lima, las hamburguesas de legumbre que son perfectas para acompañar la ensalada…

Tampoco hay que descuidar el aporte adecuado de grasas saludables: usar aceite de oliva crudo para aliñar los platos, añadir frutos secos, semillas y aguacate a las ensaladas, así como el pescado azul para aquellos que lo coman, son las mejores maneras de mantener un aporte lipídico adecuado. Mucho mejor que abusar de mayonesas u otras salsas industriales en los platos de verano, como suele ser habitual.

Y por supuesto, el aporte de cereales integrales debe mantenerse en esta época, cualquiera de los platos fríos admiten arroz integral, pasta, quinoa, mijo, couscous… y por supuesto patatas, que frías y bien aliñadas siguen siendo deliciosas.

Si no nos apetece tomar una comida contundente porque el calor nos quita el apetito, podemos tomar pequeños tentempies a lo largo del día de manera frecuente.

Experimentar y descubrir: es un error pensar que la cocina fría se limita solo al gazpacho y la ensalada de tomate y lechuga, de hecho el verano es un momento excelente para experimentar con platos de la cocina crudivegana, cuyas posibilidades son realmente asombrosas, con preparaciones que nunca se nos hubiesen ocurrido. Os dejo algunas ideas muy refrescantes y originales:

wraps

Green Wraps, de la Dimensión Vegana

lasaña

Lasaña cruda, de Descocinando

 

 

espaguetti

Espaguettis de calabacin, de Mireia Gimeno

 

 

chees cake

Cheesecake crudivegano de moras, de Texturas de Verduras.

 

 

Lucia Martinez Argüelles, para el blog de Genuinus